Un premio que tenía el atractivo especial de conocer a Delibes, que recibía al premiado en su casa.
Y guardo, como oro en paño, las fotos de aquella tarde: Don Miguel -a quien recuerdo encantador, socarrón, cariñoso- sentado en una mecedora, y aquella teckel que iba y venía, traviesa y divertida, todo el tiempo.
Miguel Delibes en 2000 |
No recuerdo todos los libros que he leído de Delibes. Muchos en todo caso, todos imprescindibles: Los santos inocentes, Cinco horas con Mario, El camino, Diario de un cazador, o el deslumbrante El hereje, que me traje dedicado de aquel viaje.
No es sólo uno de mis escritores predilectos, sino un ejemplo de coherencia y honestidad.
Siempre me interesó lo que decía, y siempre valoré sus opiniones sobre los más diversos temas.Pero sobre todo admiraba de él su generosidad, su lucidez, no exenta de cierto inevitable escepticismo, y su compromiso con el mundo que le tocó vivir.
Volvimos a vernos a finales de 2009, cerca de su casa. Nos encontramos en mitad del paseo que daba cada mañana, y allí, sentados en un banco, charlamos de esto y de aquello y le llevé un ejemplar de 44, el libro que acababa de publicar, y que le había dedicado.
Luego le acompañamos a su casa, andando. Íbamos su hija Elisa, su amigo Ramón García y yo. Recuerdo perfectamente su despedida, "Adios Marchamalo, suerte con tus cosas" mientras subía las escaleras del portal.Esta semana ha hecho dos años que murió. Uno de los más grandes escritores contemporáneos, y un tipo excepcional, Don Miguel.
Fue una fortuna irrepetible conocerle.
6 comentarios:
Jesús,imagino que a él también le gustaba tenerte como amigo y charlar contigo.
Buenas fotos y buenos recuerdos.
Abrazos
has sido un privilegiado por conocer a un hombre tan grande y por el premio.
biquiños,
Seguro que no tienes esta foto, en plena madurez y fortaleza. El mejor de los tipos.
http://mihijoelpescador.blogspot.com/2011/04/miguel.html
Gracias Lola, gracias Aldabra. La verdad que sí, fue un privilegio conocer a Delibes.
Y no, no había visto esa foto suya con la trucha. Aunque Luis Mateo, en su discurso en la RAE habló del Delibes pescador, y ese día en que pescó no sé cuantas truchas.
Gracias a todos.
Hermoso y emocionante recuerdo, Jesús.
Uno tuvo que conformarse (¡que no es poco!) con conocerlo a través de la lectura de sus novelas (todas las que citas y El príncipe destronado, Las guerras de nuestros antepasados, Las ratas...) de sus espléndidos artículos, de las numerosas entrevistas que le hicieron...En fin, me declaro fiel "delibiano" y lo encumbro en la cima de mis otros Migueles literarios: Cervantes, Unamuno, Hernández...
Un abrazo.
Un abrazo.
Gracias, Miguel. Abrazo, y enhorbuena por esos otros migueles.
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