Suelen decirme, a veces con cierta envidia, que tengo unos amigos bien generosos. Y es verdad que con frecuencia llegan a casa sobres, cartas, paquetes...
Esta semana, por ejemplo, mi amigo Elías Moro, me ha enviado un ejemplar de un librito que se titula 99 Morerías del que ha hecho 99 ejemplares numerados.
Son 99 frases, de esas centelleantes, un poco ramonianas, que estallan como fuegos artificiales al leerlas:
El caracol es la mascota de los perezosos
Medusa: nube bailando bajo el agua
El erizo ha reñido con todos los peines
Por los volcanes se alivia el planeta del dolor de estómago
El sollozo es el llanto de los orgullosos.
Un precioso regalo, como todos los suyos. Qué suerte.
El martes estuve en un homenaje a Emilio Urberuaga por su Premio Nacional de Ilustración.
Nos juntamos un buen número de amigos, entre ellos Fernando Vicente, que me regaló un calendario de escritores que acaba de editar la revista El malpensante con una docena de sus fantáticas y siempre sorprendentes caricaturas.
Están Joyce y Rilke, Mishima y Virgina Woolf, Camus, Saramago o, arriba, Bolaño y Dorothy Parker.
Esa misma tarde, mi amiga Carolina, me regaló un ejemplar de La vuelta al día en ochenta mundos, de Julio Cortázar que había encontrado en una librería de viejo.
Un libro que leí hace años, y que me hizo descubrir esa parte juguetona, brillante y sorprendente de la literatura. También me regaló una idea para un cuento.
Y poco más tarde, mi amigo Javier Zabala, me dibujó en una libreta este precioso zorro que mira a la luna embelesado.
Las gotas de color gris un poco desvaído que lo salpican son, sorpresa, de vino. Nunca puedes fiarte de la perdurabilidad de los colores. Lo enmarcaré.
Y faltan todavía dos regalos lo que demuestra que, sí, soy un tipo definitivamente afortunado.
Uno es de mi amiga Elizabeth Atkins, que me ha enviado ese billete de cinco dólares, y otro de mi también amiga y estupenda escritora, Nuria Barrios.
Quienes hayan leído mi libro Tocar los libros recordarán esa historia en la que hablo de un billete de cinco dólares que, una vez, de vuelta de un viaje, metí dentro de un libro para que no se me doblara, y de cómo no he sido capaz de volver a encontrarlo.
Tocar los libros acaba con un: "y si alguien se lo encuentra que sepa que es el mío". Así que me pareció un detalle encantador que Elizabeth me enviara el billete de aqui arriba, nuevecito a estrenar y sin dobleces.
Y Nuria me hizo llegar hace unos días su nuevo libro de poemas, Nostalgia de Odiseo, que acaba de publicar en Vandalia, en el que leo:
ARAÑA
Teje la tela
como la araña,
sacándola de sí misma.
Definitivamente ha sido una semana de infinitos regalos. Muchas gracias.
13 comentarios:
Me ha sorprendido la coincidencia: ayer comencé a leer, de nuevo, "la vuelta al día en ochenta mundos" (Cortázar), después de muchos años de la primera vez.
Y felicitarte, no por los regalos, sino por esos maravillosos amigos que nos los hacen llegar.
Saludos
Quisiera yo que me regalaran regalos como estos, son joyas.
Qué de regalos, qué de buenos amigos, seguramente por que son correspondidos por ti, por tu cariño
Suerte que tienen ellos, suerte que tú tienes.
Fantásticos amigos, fantásticos regalos! Enhorabuena!,
El calendario de El Malpensante es de Fernando vicente ¿No?
Gracias, Elena y Vera. La verdad, sí, es que son unos regalos estupendos.
Y los amigos, también.
Gracias Anónimo. Al principio no entendía tu mensaje hasta que me he dado cuenta del error.
El calendario, naturalmente, es de Fernando Vicente.
Gracias.
Y gracias Tuconmigo. La verdad es que coincidimos en relecturas.
Yo también he empezado a releerlo, de nuevo.
Cortázar siempre es una relectura recomendable.
Gracias, Jesús, por la mención a ese pobre homenaje al gran Ramón.
Un placer que esté en tus manos.
Abrazo.
Abrazo fuerte, Elías.
Y gracias otra vez.
Querido Jesús, si no me equivoco mañana en "Eñe" hablarán de una noveddad cortazariana que es la vuelta a Julio en mil y pico de cartas.
Un abrazo (y sé que aún te debo el regalo, pero como iré a Madrid pronto, mejor en mano).
Carles
Carles, cómo andas? A ver si veo lo de EÑE.
Y sí, anda, llámame cuando vengas.
Abrazo. Gracias.
Quien tiene un amigo tiene un tesoro. Tú debes de ser muy rico, por algo será...
Saludos.
Bueno, acróbata.
Gracias.
Publicar un comentario