jueves, 2 de diciembre de 2010

Maestro Urberuaga

Cada año, desde hace ya algunos, cambio de Ex libris, una excentricidad confesable, codiciosa, de la que hablé aquí mismo hace algunas semanas. Así que a primeros de diciembre empiezo con el runrún de las llamadas.
Este año, hablé con Emilio Urberuaga, tipo talentoso, excepcional conversador, caminante entusiasta y generoso amigo que no sólo aceptó gustoso encargarse del Ex Libris, sino que con su legendaria puntualidad británica me hizo llegar el dibujo original hace unos días.

Dos cocodrilos, uno sonriente y otro triste, como la vida misma, mirando en distinta dirección con las patas metidas en el agua.


Siempre he envidiado, de Urberuaga, su dandismo sin impostura, sus pañuelos al cuello, sus artes natatorias -va a la piscina casi tanto como Marsé- y esa habilidad suya para liar cigarrillos, finos y distinguidos, como ingleses.

Cubierta para F. Coloane
Me encantó conocerle, hace tres o cuatro veranos, en los encuentros de Arenas de San Pedro, una tarde en que acabó con el coche en la cuneta.
Desde entonces quedamos a comer de vez en cuando, y a dar unas unas largas caminatas, que le dejo ganar.
Así que estamos encantados, esta vez, todos los marchamalos y, a lo que parece, encantados también todos los cocodrilos.
Que, por cierto, y para general tranquilidad, me ha asegurado que no muerden.
¡Qué suerte!

Ilustración para Manolito Gafotas



Cubierta de Discurso del oso

1 comentario:

José Morán dijo...

El sin par Emilio, castizo incurable, es también un personaje de sí mismo en algunas de sus ilustraciones y tiene un sentido del humor muy de greguería y Mingote. Merecería tanto como el que más ser nominado al Premio Anderesen de Ilustración de una vez, que ya está bien. A mí y a Paz Rodero nos ilustró un álbum para Bohem Press y Edelvives (Un bicho raro). Viva Emilio (y tú también).