domingo, 23 de septiembre de 2012

Un retrato de Scala

Eduardo Scala
Eduardo Scala es un personaje singular, con algo de sabio renacentista, de infitinos saberes e intereses. Puede hablar de papeles, de tintas, de ajedrez, de números y letras y su combinatoria precisa y previsible.
Lo conozco desde hace años, y siempre me ha resultado fascinante su mundo poético y sus libros bellos y sorprendentes.
En el año 2008 comisarié una exposición para el CSIC. Se titulaba Esto no es un libro, y en ella dedicábamos a su obra un lugar especial. Se expusieron, entre otros, Pájaros/aros, Poe+ o El libro del infinito (abajo).



Hace tiempo descubrí sus Re/tratos; imágenes poéticas en las que retrata a escritores a través de las letras que componen su nombre y que convirte en complejos caligramas, constelaciones en palabras de Ignacio Gómez de Liaño. 






Realizó para el Instituto Cervantes un proyecto, Red/tratos, que puede visitarse todavía, y en el que aparecen, entre muchas otras, las imágenes de Vicente Aleixandre, Jorge Luis Borges, Alejandra Pizarnik o Eduardo Cirlot.


Hace un par de semanas hablamos, y tuve la osadía de pedirle un retrato con mi nombre. Y él, a los pocos días tuvo la amabilidad de mandarme por correo éste que veis.



Me pareció un prodigio tan favorecedor ese cruce de letras, y lecturas posibles e imposibles, de extraña y enigmática belleza.
De momento, no he podido resistir la tentación de imprimir etiquetas, que pegaré en las cartas este otoño.


martes, 18 de septiembre de 2012

Trostky en Coyoacán

Estuve esta semana en ciudad de México, y decidí acercarme a Coyoacán para visitar la casa en la que vivió, y murió, Leon Trostky.
Expulsado del Partido y perseguido por Stalin y sus secuaces, quienes lo habían condenado a muerte, Trostky llegó a México en 1937, invitado por Diego Rivera y Frida Kalho.
En su casa, la Casa Azul, vivió durante dos años antes de que  Rivera lo echara, acusándolo de mantener un romance con su esposa.



Trostky y su mujer fueron a vivir a una casa cercana que había sido una clínica oftalmológica y que estaba lo suficientemente aislada.
Tapiaron las puertas con ladrillos, construyeron garitas sobre el tejado, elevaron los muros con alambre de espino, y contrataron un pequeño ejército de hombres armados que los protegían día y noche.
Conocía a Stalin, habían sido compañeros durante la Revolución, y sabía que haría todo lo posible por asesinarlo.


En mayo de 1939, un grupo de hombres armados (se dice que más de una veintena) contratados por el muralista mexicano David Alfaro Siqueiros, consiguió entrar en la casa y desde el jardín dispararon algo más de 400 balas de gran calibre.
Trostky y su mujer salieron milagrosamente ilesos del asalto que fue repelido por los guardias, aunque uno de sus nietos recibió el impacto en un pie de una bala rebotada. Fue el único herido.

En las paredes y el techo todavía pueden verse alguno de las decenas de impactos, que muestran la violencia del ataque.
A partir de ese momento la casa se convirtió en una caja blindada, con muros reforzados y puertas internas construídas con planchas de acero. 


Allí llegó, en agosto de ese mismo año, Ramón Mercader, un agente estalinista como se supo años más tarde, que acudió a ver a Trostky con la excusa de mostrarle unos documentos.

Era amigo de una de las secretarias y nadie receló de él.Sin embargo, cuando Trostky se acercó a la ventana de su despacho (arriba) para verlos a la luz, Mercader le golpeó en la cabeza con un piolet, provocándole la muerte, horas más tarde, en un hospital.

Mercader fue reducido por los guardias, detenido, juzgado y condenado. Y permaneció en prisión hasta 1960.



En la casa se respira un ambiente un tanto opresivo, aire viciado y bombillas desnudas.

Me llamó la atencón el armario, junto al cuarto de baño, con su ropa todavía colgada de las perchas y los zapatos en el suelo.
Me contaron que el piolet fue aportado como prueba en el juicio, y que después desapareció. Al parecer acabó en manos de los hijos de un secretario judicial que, ignorantes de lo que era, lo utilizaban para cavar en el jardín. 

Las cenizas de León Trostky y las de su mujer están allí enterradas bajo un monumento coronado por una bandera roja.


Mercader recibió las mas altas condecoraciones de la URSS: se le nombró héroe de la Unión Sovietica y le fue otorgada la Orden de Lenin y la Medalla de oro.

Leonardo Padura escribió, hace unos años, El hombre que amaba a los perros, un estupendo libro en el que narra el exilio de Trostky en México y su asesinato.

En España está publicado por Tusquets.



viernes, 7 de septiembre de 2012

Tocar los libros, nueva edición ahora en ebook

Tocar los libros es, desde luego, uno de mis libros favoritos. Publicado por Fórcola en abril de 2010, ha tenido ya tres ediciones, y se ha traducido al italiano con el título Toccare i libri.
El texto plantea una reflexión irónica, muy personal, sobre lo que signfica vivir con libros, y tener una biblioteca: problema del espacio, el desorden, los libros amontonados sobre las mesas, o desparramados sobre los sofás son alguno de los temas que se tratan, y con los que se sentirán identificados muchos de los lectores.

Hablamos hace tiempo de la posibilidad de hacer una versión electrónica de Tocar los libros que permitiera a los lectores bajárselo a través de internet en versión para ebooks, tabletas y otros dispositivos electrónicos.
Algo importante en aquellos lugares o países donde llega con dificultad la distribución tradicional.

Nos planteamos, eso sí, que el precio fuera asequible, y hoy me ha comunicado el editor que Tocar los libros puede ya comprarse en la página de la editorial, AQUI, por 2' 99 Euros.
Os invito a visitar la página de Fórcola, ver el libro y comprar, si os apetece, esta nueva edición de Tocar los libros, ahora también en versión intangible. 

De Tocar los libros han aparecido multitud de criticas, comentarios y reseñas, entre ellas la del blog Yo no soy Joyce, la de Dosdoce.com, o la de Los futuros del libro.

Espero que os guste.

Viaje a México

Viajo esta semana a México DF para intervenir en el II Simposio internacional dedicado al libro electrónico en español, organizado por Conaculta.
 Intervengo el jueves próximo por la mañana con una conferencia que se titula "Nostalgia de los libros".

En el congreso parcitipan escritores, editores, consultores y expertos de casi una decena de países hispanohablantes, entre otros, el escritor colombiano Héctor Abad Faciolince o el argentino Martín Caparrós.

Hay una página web AQUÍ  donde puede consutlarse el programa, y la lista de participantes del simposio, que se retransmitirá en directo a través de internet y redes móviles.




La foto del verano

  

Si tuviera que elegir una foto de este verano, seguramente sería ésta, de Santander. Es de mi hijo, Julio, y me encanta la cuidadosa simetría, y ese color norteño, gris y azul, del día que llovió.