Hace unas semanas, en un encuentro con Félix de Azúa en la fundación Juan March, Eduardo Arroyo contó que en 1958, cuando le fue concedido el Nobel a Boris Pasternak, él estaba haciendo prácticas en el diario Arriba.
Allí llegó, por agencia, una foto del escritor en lo que parecía la cocina de su casa, en la que se veía una nevera al fondo.Y contó que el director del periódico ordenó al encargado de retoque fotográfico que eliminara aquel signo burgués: un escritor comunista no podía tener nevera.
La foto fue retocada, la nevera desapareció, y quedó el gesto triste, melancólico, profundo, del autor de Doctor Zhivago, a quien la concesión del Nobel no traería más que complicaciones y represalias
Alguien, en el periódico, comentó lo serio que aparecía en la foto, para haberle concedido un premio.
- ¡Cómo no va a estar serio -respondió otro- si acabamos de quitarle la nevera!
3 comentarios:
Esa cara seria necesita una mano acariciando a un gato.
Inka Martí. Va a tener razón, Que haría yo con la estantería donde tengo los libros amarillos de Siruela.
Jesús, un abrazo.
Ya te digo...
El comentario de Inka es brillante, casi parece un aforismo de Nicolás Gómez Dávila. Será porque es su editora. Y el pobre Pasternak, verse reducido al aburguesamiento por culpa de una nevera. Si nos vieran ahora!
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