jueves, 24 de noviembre de 2011

El cuestionario Proust y yo

La semana pasada, Rosa María García, de la librería La Tramontana, en Sitges, me mandó un Cuestionario Proust para su blog. Una treintena de preguntas a las que hay que enfrentarse con respuestas cortas y en lo posible brillantes.  
Acepté encantado y me desvelé como un auténtico inútil en el arte de la oratoria restringida. Todo en mis respuestas son cautelas, matices, vacilaciones, dudas...
El caso es que terminé no sé si el peor cuestionario Proust de la historia, pero sí uno de los más largos. Definitivamente no me muevo con comodidad en el universo de lo lacónico.


Lo que sigue es una selección de preguntas y respuestas. El cuestionario completo se publicará próximamente en el blog Cerca del marAQUÍ, donde podéis leer otros cuestionarios a escritores y editores. 


El mejor sitio para leer. Se me ocurren varios, muchos lugares en realidad en los que he disfrutado leyendo y a los que volvería encantado. La terraza de un hotel, en Cáceres, al sol, hace años. Un banco en un parque infantil aquí al lado de casa, convaleciente de una neumonía. El pupitre 270 de la sala de lectura de la Biblioteca Nacional, donde voy de vez en cuando… Pero lo cierto es que leo en cualquier parte. Me gusta leer en casa y en la calle. En el metro y en los autobuses. En los trenes y en los bancos soleados de la calle o  en el sofá después de comer, los fines de semana, un minuto antes de quedarme dormido. 

El primer libro que leíste. Soy incapaz de recordarlo, pero sí unos libros de Bruguera, “Colección Joyas Literarias” creo que se llamaba, que durante tiempo fueron alguno de mis regalos habituales de Reyes, cumpleaños, fines de curso y enfermedades infantiles. Ahí leí a Salgari, a Dumas, a Walter Scott…
Y luego recuerdo el deslumbramiento, con dieciocho o diecinueve años, de Cien años de soledad; de Sábato, Sobre héroes y tumbas y de Cortázar.
 

¿A qué personaje de ficción te gustaría parecerte? Lo cierto es que gran parte de nuestra memoria emocional se construye en torno a personajes de ficción. Estoy seguro de que aprendimos mucho más de D’artagnan o de Ana Karenina que de personas reales. Me impresionó mucho, en su momento, el capitán Nemo, tan exquisito y sombrío, pero no me imagino viviendo en un submarino, ni interpretando a Bach. 

¿Conoces alguna película que supere al libro? Hay películas tan buenas como los mejores libros. Y no estoy nada seguro de que el cine sea, necesariamente, peor que los libros.  
No leí a Mario Puzzo, y tal vez sea injusto con el libro, pero El Padrino, de Coppola, por ejemplo, me parece una obra maestra. O Blade Runner, de Ridley Scott. 

¿Recuerdas algún libro que hayas sido incapaz de terminar de leer? Todos tenemos una larga lista de libros con los que no conseguimos conectar. Lo importante es saber con qué libros merece la pena ser persistente.
Por ejemplo, he fracasado con el Ulises, pero siempre me ha interesado Joyce y su mundo literario. Me pasa igual con Lezama. Empecé Paradiso y lo dejé, pero Lezama me resulta muy sugestivo como figura literaria.
Hay veces que con determinadas lecturas, hay que saber esperar el momento.

¿Hay algún escritor al que no soportes pero del que te apasione su obra? Se me viene a la cabeza Truman Capote. Aquel chico caprichoso y maleducado, egocéntrico y en muchos aspectos superficial. Debía ser un auténtico cretino. Y sin embargo escribía como nadie.

¿A qué lugar literario te gustaría ir de vacaciones? Soy un perezoso con los lugares y los viajes imaginarios. Y estoy convencido de que hay destinos reales tan sugestivos como los de ficción.
Pero me quedo con la Venecia de Brodsky, si me lo admites como lugar literario. Contaba Brodsky en Marca de agua que la niebla es tan espesa a veces en Venecia, que algunas mañanas, cuando iba a comprar tabaco, volvía a casa por el mismo túnel que había abierto en la niebla al salir.  


El título más bello que recuerdes. Soy un verdadero desastre poniendo títulos, así que siempre me fijo en los ajenos. Me gustan muchos: Entre otros olvidos, de Muñoz Rojas; Travesía del horizonte, de Marías; Escaparate de venenos, de Benítez Reyes; El Olvido que seremos, de Héctor Abad, un precioso libro… Últimamente me ha llamado la atención Calle Aristóteles, de Jesús Ortega.

¿Qué libro guardas como oro en paño? Un libro de Machado que me regalaron los libreros de viejo de Madrid hace un par de años. Di el pregón en el Salón del Libro, y a cambio me regalaron un ejemplar de Nuevas Canciones, publicado en 1924 y firmado por el propio Machado.
Me encanta cogerlo, y hojearlo, y sentir la emoción, irrepetible de saber que Machado también lo tuvo en sus manos siquiera el momento que le llevó firmarlo. 


¿A qué escritor resucitarías? Tal vez a la baronesa Blixen, la autora de Memorias de África. Leí que ya octogenaria vivió una apasionada historia de amor con un poeta mucho más joven que ella. Un día, le hizo grabar sus iniciales en la corteza de un árbol. Y cuando tiempo más tarde lo dejaron, fue con su coche al bosque, sacó del maletero un hacha y señalando el árbol ordenó a su chofer que lo talara. Tiene una frase memorable que dice: “La cura para todo es siempre agua salada: el sudor, las lágrimas, el mar”. Qué mujer.


Las fotos son de mis estanterías. Las he hecho esta mañana para la conferencia que daré la semana que viene en la Biblioteca Nacional. 



5 comentarios:

Urzay dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Conxa dijo...

Yo también guardo como un auténtico tesoro las poesías completas de A. Machado, en una edición de Austral de 1979. El pobre está un poco "destartalado", pero lleva todos estos años conmigo, y, de vez en cuando, me encanta cogerlo y repasar mis poemas favoritos.
Llevaba un largo tiempo sin leer poesía, y gracias a un buen amigo (¡ay, los amigos!), con su entuasiasmo me contagió su amor por la poesía. Él no lo sabe, pero le estoy enormemente agradecida.

Saludos cordiales,

Conxa

Blog de Jesús Marchamalo dijo...

Gracias Conxa por tu comentario. Se me había pasado responderte.
Qué suerte los amigos, sí.
Saludos también para ti.

Loli Pérez dijo...

Bue, pués yo tengo un ejemplar de Calle Aristóteles firmado por su autor hace apenas unas semanas, cuando lo presentó en Málaga, yastá.

Abrazos



P.D.:(Me encanta Machado)

Blog de Jesús Marchamalo dijo...

En un bonito libro, Lola, Galle Aristóteles.
Gracias.