miércoles, 4 de abril de 2012

El libro de Vila-Matas

Compré este verano en Satander este libro que, me contaron, había sido de Enrique Vila-Matas.
Se había mudado, al parecer, de casa, y el librero había comprado parte de los libros que dejó abandonados en la antigua.
Lo compré porque me gusta Ibargüengoitia -gran parte de su obra todavía no se ha publicado en España-, pero también intrigado, siquiera por curiosidad, por las notas, comentarios y señales que Vila-Matas había dejado dentro.


Página subrayada en el libro
Siempre me ha gustado ese código secreto, indescifrable, de corchetes, cruces, flechas, subrayados y llaves.

Y en el libro de Vila-Matas encontré, sí, un rastro de señales: dos marcas que, en la página 15, señalaban la frase "los efectos que puede tener en una persona la lectura diaria de un periódico han sido poco estudiados"; otra señal en la 24,  "se pasó once años en un balcón..."; en la 41, un párrafo completo marcado con un paréntesis a lápiz,  y en la 49 una frase subrayada en la que Ibargüengoitia habla de los periodistas, y de cómo entrevistan : "Luego se van. No sé si porque los ahuyento o porque así es la vida".

Hay también, en la página 101, una larga nota manuscrita -rotulador de punta fina y letra diminuta-, en la que habla de los diarios y diaristas.



Pero lo que más me intrigó fue una dirección anotada en la penúltima página (la última está arrancada), en la que se lee: "Bilbao, calle Somera 12, dueño de un bar".
No sé si en calle Somera 12 habrá algún bar. Ni si el dueño seguirá siendo aquél al que se refería en su nota Vila-Matas. Ni por qué, exactamente, lo citaba. Pero, por curiosidad he buscado en las Páginas amarillas y, sorpresa, en esa dirección, hay un vecino que se apellida... ¡Ibargüengoitia!

Tengo que escribir a Vila-Matas, para que nos lo aclare. Aunque no sé, tal vez cuente que el libro no era suyo, y que esa no es su letra. O, lo que sería más intrigante: que es suyo, lo perdió y que le gustaría recuperarlo porque esa nota, al final, es la clave. No se sabe de qué.




PD. Al final, escribí ayer a Vila-Matas  y me contestó, encantador, lo siguiente: "Se extravió a última hora una caja de libros (la única que no había podido revisar de antemano) y lamentablemente corren ahora por ahí algunos de ellos, incluso unos cuantos que consideraba valiosos, dedicados a mí por otros escritores. Voy adivinando poco a poco cuáles son algunos de esos libros que había en esa caja, que se ha convertido en una fuente de problemas.
Reconozco como mío ese Ibargüengoitia (ni lo intentes, me refiero a querer devolvérmelo, diría que No, como ha ocurrido con otros casos) y es verdaderamente un extraño secreto esa dirección de Bilbao..., yo mismo me he quedado intrigado. Abrazo. E."

Estamos buenos...  

PD (2)- Mi amiga Teresa me recuerda un artículo que publicó Juan Bonilla en El Cultural de El Mundo, donde cuenta también la historia de esa caja perdida de Vila-Matas. Puede leerse AQUÍ

7 comentarios:

Loli Pérez dijo...

Van apareciendo los libros perdidos de Vila-Matas.
Me contó un buen amigo suyo que no dejó libros abandonados en la casa, sino que perdió por error en la mudanza una caja dónde tenía los libros dedicados y con notas, que se llevaron equivocada por otras que sí había cedido.
Supongo que se alegrará de que ese ejemplar esté en tan buenas manos.

Abrazos

Anónimo dijo...

Me ha gustado ese paréntesis o frase en la que aparece "el sentido del humor". A que persolamente siempre me ha gustado sin abuso el humor irónico, porque denota inteligencia, si se sabe usar, si no es así denota como una cierta "estupidez"(sin animos de insultar, porque quién no tiene ese punto estúpido, pero no fanfarrón).
El libro una joya por los apuntes y por tanto como buscas entre las líneas..
Siempre me he preguntado esos efectos de leer siempre el mismo diario o periódico, o estar siempre en la misma posición..tal vez digo tengamos un poco el deseo de ser estatuas en algúnos parques un tanto desérticos.
Bonito paisaje tu blogger, quiero seguirlo..Thankiuss

Túconmigo dijo...

Vila-Matas, mi loco favorito.
Siempre tengo algo de él entre manos que voy leyendo a sorbitos cortos, para degustarlo más y mejor.
Un abrazo

Unknown dijo...

Genial todo: el post, la historia, el seguro el libro, Vila-Matas y tú.

Un abrazo,

Alfonso

Diego Fdez. Sández, autor de "Jenny Hill y el Caso de los 3 Diamantes", comediógrafo y novelista dijo...

Las historias que tienen los libros...

Cirugia Plastica Cali dijo...

Este libro me encanta y no me cansare de leerlo.

Blog de Jesús Marchamalo dijo...

Gracias a todos por vuestros comentarios.
Ibargüengoitia, sí, es un escritor excepcional:
Y Vila-Matas, también.